Morenika y Músicas Semilla
Fusión musical para la Tradición Oral Sefardí.
Una de nuestras grandes pasiones es trabajar e investigar sobre tradición oral. Todos los pueblos de la tierra atesoran tradición oral. Los cuentos infantiles, refranes y canciones que se transmiten de boca a oídos y que no tienen autor conocido, forman parte de este tesoro artístico.
A la «oralidad» no la frenan las fronteras físicas, políticas, religiosas o ideológicas que construye el se humano. Las canciones vuelan por el aire y nada las frena ni las etiqueta. Estos cantos son como semillas que vuelan y arraigan o no, que se mezclan con otras tierras y costumbres y cuyas plantas dan más flores, o dan más frutos o su raíz es más profunda o superficial.
El caso es que la Tradición Oral Sefardí es muy rica. La cantidad de canciones que atesora este repertorio es increible.
No podemos entender la cultura sefardí sin tener en cuenta tres aspectos fundamentales: el primero son sus raíces hispánicas; el segundo es la mezcla con las diferentes culturas con las que ha convivido en su exilio; y el tercero y muy importante radica en el hecho de ser una cultura judía. Si a estos tres aspectos le añadimos la distinción de género y nos centramos en el papel de la mujer, sumamos otras características propias de la figura femenina dentro de esta comunidad.
[…] las mujeres sefardíes constituyeron en cierto modo una clase social en lo que a su
nivel de lengua se refiere… al menos antes de que llegase al mundo sefardí la imparable
ola de cosmopolitismo y occidentalización. Porque recibían escasa instrucción y con
frecuencia eran completamente analfabetas; porque su participación en la vida religiosa
era más pasiva que la de los hombres y se limitaba más al ámbito hogareño, y por tanto
tampoco accedían a muchas parcelas de la cultura religiosa (literatura rabínica, poesía
litúrgica); porque la sociedad islámica en la que tuvieron que desenvolverse las obligaba
a un mayor grado de reclusión y aislamiento, sin contacto con los hombres y
favoreciendo las reuniones exclusivamente femeninas; porque eran las mayores
depositarias de la cultura tradicional oral; por todas estas razones las mujeres hablaban
de distinta manera que los hombres: su ignorancia del hebreo hacía que su lengua
tuviese menos elementos de ese idioma o que éstos apareciesen más deformados; su
contacto – por necesidades de la administración y buena marcha del hogar – con
vendedores, criadas, lavanderas, recaderos y operarios de las mil chapuzas caseras […],
tanto judíos como no judíos hacían que su habla se pareciese más a la de las clases
populares y se viese más contaminada por las lenguas de los no judíos; y tal vez su
apego a los romances, canciones y refranes – cuyo lenguaje es siempre muy
conservador- favoreciese la conservación de rasgos lingüísticos más arcaicos.
Díaz-Mas, Paloma, Los sefardíes: historia, lengua y cultura, pp.142-143.
Cantoras Imparables
Ellas siguen cantando a pesar de los impedimentos. Y no sólo se recuerdan las canciones si no que son seña de identidad de muchos pueblos. Mujeres cuya vida queda limitada, controlada y reglada por las » autoridades religiosas».
En la diversidad de culturas que existen en el mundo y en latitudes muy diferentes, hay mujeres que cantan, bailan y también tocan instrumentos musicales. En una época tan extensa como fue la edad media en España, el rol de la mujer en la sociedad, era
fuertemente condicionado por lo que dictaminaran las autoridades eclesiásticas – ya fueran cristianas, judías o musulmanas.
La Morenika
El cancionero sefardí recoge los cantares que representan la lírica sefardí y que son interpretados en muy diversas ocasiones.
El cancionero tradicional lo forman lo que en Oriente se conocían como canticas cuya temática más frecuente es la amorosa. En cuanto a la temática, es muy variada, hablan de amores y desamores, humor, describen situaciones o lugares, etc.
Abundan las canciones que hablan de la mujer hermosa, las que describen conversaciones de madres aconsejando a sus hijas, las de fidelidad o infidelidad y lamentos de amor o deseo. En todo caso, la figura femenina es protagonista en prácticamente el cien por cien de todas las historias.
Aunque no tan numerosas, también hay canciones que se refieren al soldado que va a la guerra o las que acompañan a momentos del ciclo de la vida o ceremonias religiosas.
La estructura y forma de las canciones es propicia para ser interpretadas en grupo. Era común escucharlas en las bodas ya que las cánticas contienen estribillo (favorece a su interpretación en grupo). Un recurso frecuente en las canciones es el paralelismo, que consiste en repetir estructuras similares en distintos versos o enunciados.53
En las Canciones, a diferencia de los romances o las coplas, la letra no tiene un hilo argumental continuo y tampoco un orden fijo lógico. Por esta razón, es muy común que haya canciones que tomen prestadas estrofas de otras. Su estructura más común es la cuarteta (cuatro versos de arte menor) con rima en los versos pares. La música de las cantigas es muy variada y muy sensible a las influencias musicales del entorno y a la época.
Una de las canciones más conocidas entre los sefardíes de oriente es la de “la morena”. Canción cuya temática ofrece numerosas concordancias con la poesía medieval hispánica. Aunque no se conoce melodías medievales correspondientes a esta canción,
éste es un claro ejemplo de la gran difusión de la letra no sólo en el mundo judío.
Igual que en el resto de canciones las estrofas no tienen una ilación continuada y, en más de una versión, se mezclan estrofas de diferentes canciones. Como es una de las melodías escogidas para el concierto, profundizaremos más en ella en el apartado que le
corresponde.
Existen varias versiones con títulos diferentes. A continuación, mostramos una de las estrofas que más tienen en común las diferentes versiones sefardíes y, seguidamente, su melodía correspondiente.
Vestida de novia.54
Morena a mí me llaman,
yo blanca nací,
de pasear galana,
mi color perdrí.
54 Weich-Shahak, Susana, El ciclo de la vida en el repertorio musical de las comunidades sefardíes de Oriente,versión de Sofía “Vestida de novia”, 69d, p.236.
Morenika a mí me llaman,55
blanca yo nací:
el sol del enverano
m’hizo a mi ansí.
55 Ibid. versión de Esmirna, “Morenica a mí me llaman”, 69a, pp.234,235.
D’aquellas ventanas. 56
Morena me llama yo blanca nací;
de estar por los aires,
yo me empretecí.
56 Weich-Shahak, Susana, El ciclo de la vida en el repertorio musical de las comunidades sefardíes de Oriente, versión de Pazardjik (Bulgaria) “D’aquellas ventanas” (variante textual), 69e, p.237.
En el texto Arte grande de la lengua castellana de Gonzalo Correas de 1626 aparece:
Aunque soy morena
blanca yo nací;
a guardar ganado
la color perdí.
En 1577 Francisco Salinas escribía la siguiente estrofa en su libro De Música Libri
Septem.
Aunque soy morenica y prieta
A mí se me da,
que amor tengo
que me servirá.
Eduardo M. Torner, en el libro Lírica Hispánica – Relaciones entre lo popular y lo
culto nombra una canción segoviana que también alude a la morena.
Morenita resalada me llaman los marineros otra vez que me lo llamen me tengo de ir con ellos.
Morenita resalada
me llaman los marineros
otra vez que me lo llamen
me tengo de ir con ellos.
Un verso del estribillo de este cantar aparece como indicación de la melodía de un poema litúrgico hebreo en un manuscrito de Amsterdam de mediados del siglo XVII. Se trata de un manuscrito estudiado por Hanoch Avenary (1971: 69,75). […] en p.2 menciona, como contrafactum, este cantar.57
57 Weich – Shahak, Susana, El ciclo de la vida en el repertorio musical de las comunidades sefardíes de Oriente, pp.234 y 309.
Sobre la musicóloga Susana Weich y su trabajo en el que nos apoyamos.
http://www.editorialalpuerto.es/autores/weich-shahak-susana/1193/